Responsabilidad de Premisas – El Deber de Mantener a Salvo

El propietario o inquilino de una propiedad tiene el deber legal de mantener dicha propiedad a salvo de condiciones peligrosas. Esta área de la ley es comúnmente referida como “responsabilidad de premisas”. Si un miembro del público es lesionado debido a una condición insegura en la propiedad, el dueño u ocupante es generalmente responsable por pagar cualquier daño causado.

Esta responsabilidad no es absoluta – en otras palabras, el simple hecho de que alguien sea lesionado en una propiedad no crea automáticamente responsabilidad legal para el dueño. Para ser responsable, debe demostrarse que el dueño fallo al manejar o mantener la propiedad de una manera razonable, y que esta falla fue la causa de la lesión. Si existió una condición peligrosa en la propiedad (por ejemplo, un piso resbaloso o una escalera poco iluminada), el propietario será legalmente responsable si el sabia del problema, o si la condición existía fon un periodo de tiempo suficientemente largo que el propietario debería haber sabido al respecto. En algunas circunstancias, los dueños de propiedad pueden ser responsables aun por aquellos lesionados por conducta criminal en una propiedad.

Tome por ejemplo a alguien que resulto lesionado mientras es asaltado en el estacionamiento de una tienda. Si el dueño de esta tienda tenía conocimiento de asaltos previos en el pasado, pero falló al proporcionar seguridad adecuada o advertencias para sus clientes, entonces se creará responsabilidad legal. Si no existieron previos asaltos, sin embargo, y no existía razón para que el dueño de la tienda sospechara del peligro, ninguna responsabilidad legal es creada. Como otro ejemplo, asuma que alguien es lesionado en un mercado después de resbalar en un líquido derramado en el suelo. Si el dueño de la tienda puede mostrar que este líquido fue derramado por una tercera parte (tales como un cliente) poco tiempo antes de la caída, el dueño de la tienda no será legalmente responsable por las lesiones. Si, de lo contrario, la persona lesionada puede probar que el derrame fue ya sea creado por los empleados de la tienda (quienes debieron limpiarlo inmediatamente), o que se encontraba ahí por un periodo largo del tiempo y debería haber sido descubierto y limpiado, entonces el dueño de la tienda tendrá responsabilidad legal.

La persona que es responsable por mantener una propiedad a salvo varía. Incluye a los propietarios, por supuesto, pero también incluye a cualquier ocupante de la tierra, tal como un inquilino, o alguien que maneja la propiedad a favor del propietario. En resumen, uno puede decir que la responsabilidad viene con el control. Si alguien tiene el derecho de controlar la propiedad donde un accidente ocurre, esa persona muy probablemente tiene alguna responsabilidad legal si un accidente ocurre. El derecho de control puede a menudo tener más de una capa, y por ello más de una persona puede ser legalmente responsable por una lesión. Por ejemplo, el dueño de la tierra puede aún tener responsabilidad legal por una condición peligrosa creada por un inquilino puesto que el dueño no cede completamente el control sobre la propiedad una vez que un contrato de renta es firmado. A menudo, un dueño será encontrado responsable si los errores de otros crearon una condición peligrosa. Por ejemplo, si un empleado de este dueño crea una condición peligrosa, o si la condición es creada por una tercera parte contratada para mantener la propiedad (tal como un servicio de limpieza), el propietario será responsable por la condición peligrosa tal y como si lo hubiera creado el mismo.

Para protegerse a sí mismos financieramente, es prudente para cualquier persona que posee o controla una propiedad, y que es por ende potencialmente responsable por cualquier condición peligrosa, el comprar seguro para cubrir este riesgo. Esta cobertura está incluida en una póliza de seguros estándar en el hogar, seguro de renta póliza por responsabilidad general comercial (CGL). Cuando se consideren los límites de cobertura, uno debe tomar en cuenta la cantidad de bienes a proteger en la probabilidad de que una lesión pueda ocurrir en el futuro. Por ejemplo, alguien con más bienes que proteger, tales como un hogar costoso, deberá comprar más protección, y alguien está asegurando una tienda exitosa necesita más protección que alguien asegurando un apartamento pequeño.