Pocialik V Southern California Grading Co., y otros

El 5 febrero del año 2001, la firma obtuvo un veredicto sustancial por muerte injustificada en la corte superior del condado de Orange. El caso, titulado Pocialik V Southern California Grading Co., y otros, fue litigado por el asociado mayor, Richard A. Cohn, en el curso de un período aproximado de dos semanas.

El caso involucró la muerte de Charles Pocialik Jr., de 38 años, quien murió en agosto 27 de 1998, cuando se puso en contacto con cable eléctrico con corriente que había sido negligentemente desenterrado en un sitio de construcción mayor en el condado de Orange conocido como Universidad SOKA de América en Laguna Hills. El Sr. Pocialik fue empleado como conductor de un camión esparcido por de agua el día del incidente, y los deberes de su trabajo incluía manejar el camión de agua atrás de un tractor grande (“raspador”) para esparcir agua en la tierra excavada con el fin de mantener el polvo bajo control.

Sin ser conocido por el Sr. Pocialik, la excavación era realizada en el lugar donde una línea eléctrica temporal había sido previamente instalada. Antes de excavar, los demandados (la compañía niveladora de suelo y el contratista general) discutieron que la línea eléctrica corría por debajo de la excavación planeada. Ellos pensaron que se encontraba enterrada tres pies bajo tierra. Como tal, ellos decidieron excavar únicamente dos pies, pensando que dicha precaución prevendría el contacto con la línea eléctrica. Sin embargo, al excavar, se tocó y cortó la línea, la cual fue descubierta únicamente 21 pulgadas por debajo de la superficie.

Las regulaciones y reglas de seguridad de OSHA en California, la práctica y costumbre de la industria, y el sentido común dictan que previo a la excavación sobre líneas eléctricas, la localización y profundidad exacta de la línea debe ser determinada usando “medio seguros y aceptables”–ya sea utilizando excavación con palas para hacer un “hoyo ventana” y determinar la profundidad exacta de la instalación. La investigación intensiva, descubrimiento, y de posiciones múltiples que se realizaron en este asunto revelaron que los acusados no habían salido con este requerimiento antes de excavar.

Prudencia razonable también dictará que si una excavación debería ser realizada en tal proximidad a una línea eléctrica, también debería ser requerido que la electricidad fuera apagada antes de excavar–para prevenir lesiones en el evento de contacto inadvertido con la línea. Adicionalmente, si se debe realizar trabajo bajo ciertas circunstancias, entonces todos los trabajadores involucrados deben ser informados del peligro potencial teniendo una “junta de seguridad” antes de comenzar el trabajo. En este caso, todos en el sitio de trabajo conocían el peligro potencial–con excepción del señor Pocialik, quien no había sido informado por los demandados que el trabajo estaba siendo realizado en proximidad a una línea eléctrica enterrada. Adicionalmente, el contratista eléctrico del acusado fallo al instalar “cinta de advertencia subterránea”–la cual es un listón de color brillante enterrado bajo tierra, cerca de seis pulgadas por encima de la línea eléctrica. Si esta cinta hubiera sido instalada (como es requerido por las previsiones de seguridad del contrato de construcción entre el contratista general y el contratista eléctrico) el operador de la excavadora habría desenterrado la cinta de precaución primero–y detenido la excavación inmediatamente para que la línea eléctrica no

hubiera sido desenterrada.

Los acusados argumentaron vigorosamente que el señor Pocialik era responsable por su propia muerte–porque él salió de su camión de agua después de que la línea fue desenterrada, caminó 40 pies hacia el cable y lo toco. Mientras que nadie sabe a ciencia cierta por qué el señor Pocialik entró en contacto con el cable eléctrico, los acusados argumentan que no debió haberlo tocado bajo ninguna circunstancia–y al hacerlo fue negligente. Fue especulado que el tocó el cable con la noción en mente de que era deshecho que estaba en el camino de la excavación–y estaba siendo de ayuda al removerlo. En cualquier caso, él fue electrocutado inmediatamente al tener contacto con la línea y murió de inmediato.

La firma representó a la madre del señor Pocialik, Mary Pocialik de 62 años. Ella tenía una relación muy estrecha con su hijo. Ellos disfrutaban el atender la iglesia los domingos juntos, y otras numerosas actividades que compartían y tenían en común. La señora Pocialik buscaba solamente daños no económicos (por ejemplo pérdida de cuidado, confort, sociedad, amor, consuelo, etc.…) así que el presentar el aspecto de daños del caso al jurado en una manera sofisticada representó un reto emocional y de reflexión para el abogado del caso, Mr. Cohn.

Antes del caso, los acusados ofrecieron una suma de $250,000, la cual incrementaron a $300,000 durante el transcurso del caso. La firma demandó $600,000 para beneficio de la señora Pocialik y habría aceptado un $500,000 o menos para resolver el caso–para eliminar el riesgo de la señora Pocialik de ir a juicio. Existía ciertamente la preocupación de que el jurado pudiera considerar que el señor Pocialik hubiera tenido la culpa total de su propia muerte, un porcentaje de más del 50% de responsabilidad. Al final, el jurado otorgó $800,000 en daños, y encontró que el señor Pocialik había sido únicamente 10% responsable, con los acusados compartiendo el 90% de la responsabilidad. manteniendo en mente que este veredicto fue únicamente por daños no económicos, representa un resultado bastante sustancial y respetable de nuestro conservativo grupo de jurados del condado de Orange.